
El aumento de aranceles a México, propuesto por algunos sectores políticos de Estados Unidos, amenaza con golpear severamente la economía de Texas, un estado cuya prosperidad depende en gran medida del comercio bilateral. Especialistas advierten que las medidas afectarían industrias clave como la automotriz, la agrícola y la energética, incrementando costos para los consumidores y poniendo en riesgo miles de empleos.
Texas se encuentra entre los mayores exportadores de productos hacia México, con un flujo comercial que supera los 200 mil millones de dólares anuales. Una interrupción en esta relación tendría efectos colaterales, incluyendo retrasos en las cadenas de suministro, encarecimiento de productos básicos y menor competitividad en mercados internacionales.
Por su parte, analistas señalan que estas acciones podrían desincentivar futuras inversiones en la región, generando tensiones políticas y económicas no solo entre ambos países, sino también dentro de la propia estructura económica de Estados Unidos. La Cámara de Comercio de Texas ya ha manifestado su preocupación, enfatizando que la cooperación con México es vital para la estabilidad del estado y la nación.
En conclusión, los especialistas urgen a considerar soluciones diplomáticas que protejan la relación comercial y los beneficios que ambos lados han obtenido del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
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