
El papa León XIV oficia este viernes, su primera misa en la Capilla Sixtina ante los 133 cardenales que este jueves le eligieron en la cuarta votación en el cónclave. EFE/ Dicasterio para la Comunicación del Vaticano
León XIV, el primer papa de Estados Unidos, es visto dentro de la Iglesia como un “ciudadano del mundo” y un “constructor de puentes”. Esa fue una de las razones de mayor peso en su elección, aunque las causas sociales que ha defendido durante su carrera eclesiástica podrían convertirlo en una figura antagónica frente al presidente de su país natal, Donald Trump.
El excardenal Robert Francis Prevost, de 69 años, se convirtió este jueves en uno de los estadounidenses de mayor relevancia global, un título que ahora comparte con Trump, aunque la conexión entre los dos líderes parece no ir mucho más allá.
El discreto conciliador
En su primer discurso como pontífice, León XIV mencionó varias veces a su predecesor Francisco, descrito como un progresista que impulsó reformas pese al rechazo de sectores conservadores del Vaticano. En cuanto a ideología, los analistas sitúan al nuevo papa como muy cercano al argentino.
La elección de su nombre también podría ofrecer pistas sobre la dirección de su pontificado: León XIII (1878-1903) ha pasado a la historia por tratar de acercar la Iglesia a la modernidad y defender los derechos de los trabajadores.
León XIV, un agustino misionero que pasó la mayor parte de su vida en Perú, también con esta nacionalidad, y Roma, es conocido entre sus pares como un conciliador de carácter reservado, elegido para avanzar los intereses de la Iglesia católica sin darle la espalda al mundo exterior.
Aunque se ha mostrado a favor de los migrantes, la justicia racial y la causa climática, – como Francisco- sus visiones contrarias al aborto y el matrimonio homosexual alinean al nuevo papa con el sector conservador.
¿León XIV aliado o piedra en el zapato para Trump?
Su actividad en la red social X parece ofrecer una ventana a su pensamiento. Muchas de las opiniones y artículos compartidos en esa plataforma cuando todavía era el cardenal Prevost lo ponen en directa confrontación con las líneas más marcadas de la Administración de Trump.
En las últimas publicaciones en su cuenta, el ahora León XIV compartió críticas contra el vicepresidente, JD Vance, convertido al catolicismo, y contra las deportaciones impulsadas por el Gobierno del republicano, que regresó al poder en enero con una redoblada mano dura contra la inmigración y una política aislacionista.
Sin embargo, la Casa Blanca ha quitado hierro a la polémica y este viernes recordó lo “orgulloso” que está Trump por tener a un papa estadounidense.
Poco antes del cónclave, el mandatario levantó polémica en la comunidad católica al publicar una imagen suya realizada con inteligencia artificial, vestido como un papa en ademán de bendecir. Días antes había dicho en tono de broma que le gustaría ser pontífice.
El cardenal estadounidense más internacional
Todavía es muy pronto para discernir la naturaleza de la relación entre el primer papa de origen estadounidense y una figura rompedora como Trump, que ha revertido el modo habitual de hacer política, alejando a aliados tradicionales.
Aunque la decisión de los cardenales “no es una declaración política” sí que “contiene un mensaje político” en sí misma, ha dicho a la emisora NPR Massimo Faggioli, experto papal y profesor de la Universidad de Villanova, alma mater de Prevost.
El papa nacido en Chicago tiene fuertes lazos con Perú y en 2015 adoptó la nacionalidad del país suramericano, al que mandó un saludo en perfecto español en su primer discurso como papa. En el Vaticano es considerado el más internacional y, para muchos, el más latinoamericano de los cardenales estadounidenses.
El nuevo pontífice es un “ciudadano del mundo” y alguien elegido para tender puentes, “de donde viene ya es una cosa del pasado”, insistió el cardenal y arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan.

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